jueves, 4 de diciembre de 2014

El Laberinto del Fauno: Un laberinto simbólico.

«Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, en el reino subterráneo donde no existe la mentira ni el dolor, vivía una princesa que soñaba con el mundo de los humanos. Soñaba con el cielo azul, la brisa suave y el brillante Sol. Un día burlando toda vigilancia, la princesa escapó. Una vez en el exterior, la luz del Sol la cegó y borró de su memoria cualquier indicio del pasado. La princesa olvidó quién era, de dónde venía. Su cuerpo sufrió frío, enfermedad y dolor. Y al correr de los años, murió. Sin embargo su padre, el rey, sabía que el alma de la princesa regresaría, quizás en otro cuerpo, en otro tiempo y en otro lugar, y él la esperaría hasta su último aliento, hasta que el mundo dejara de girar....». El Laberinto del Fauno, Guillermo del Toro.
El Laberinto del Fauno es una película escrita y dirigida por Guillermo del Toro en 2006 que trata sobre la búsqueda de una joven para escapar del fascismo español. La historia gira en torno a la unión de la naturaleza pura y opresiva del mundo real con el mundo mágico y perturbador, en ocasiones, de la niña. Pero este film, más allá de la historia, contiene gran cantidad de símbolos ocultos y arquetípicos.

Al comienzo de la película, Ofelia se encuentra junto a un monumento que representa al fauno con un ojo perdido. Ofelia encuentra el ojo perdido y lo coloca en la estatua. Un insecto mágico aparece: La búsqueda mágica de Ofelia ha comenzado. Esta escena nos dice que la búsqueda de Ofelia se encuentra en la naturaleza donde no todos tienen "ojos para ver" el mundo mágico que está a punto de conocer. En el simbolismo oculto, los ojos se remontan al antiguo Egipto con el mito del ojo de Horus siendo restaurado por Toth (Dios de la ciencia y de la magia). Mientras que el ojo derecho se asocia con la percepción de la información concreta, el ojo izquierdo de Horus percibe lo místico, el plano espiritual.

Después Ofelia descubre un laberinto y se encuentra con un fauno que le dice que ella es una princesa del inframundo y que podrá reunirse con su padre allí si cumple tres misiones para él. El fauno es un prototipo de energía natural y es una deidad fálica que representa el poder de impregnación del Sol. Es la bestia con cuernos que guía a Ofelia y le muestra el camino para apartarse del absurdo mundo real, ayudándola a través del laberinto real e imaginario que tienen que pasar. A partir de la historia del Minotauro, el laberinto adquirió un significado simbólico sobre la reclusión y la libertad, la vida y la muerte, el mundo subterráneo y la salvación. “Los laberintos simbolizan la inmortalidad. Simbolizan el tortuoso camino, el engañoso e imprevisible camino, que nos conduce después de la muerte a esa otra necesaria dimensión de la existencia” Miguel Rivera Dorado, Los laberintos de la Antigüedad.

Otro símbolo que encontramos gira en torno al padrastro de Ofelia, el capitán Vidal. Este es un personaje que representa el fascismo español. Se muestra en varias circunstancias en la búsqueda y mantenimiento de su reloj. Lo podemos simbolizar como Cronos, un personaje mitológico griego que representa el tiempo, la muerte y la cosecha. También conocido como "padre tiempo". 

Con la segunda misión de Ofelia vemos claramente otro símbolo. Esta misión consta de recuperar una daga que lleva el Hombre Pálido, y no correrá peligro alguno siempre que no consuma ningún alimento de ese lugar. Esta criatura tiene los globos oculares en un plato, por lo que no puede ver nada. En la escena se observan montones de representaciones del Hombre Pálido alimentándose de niños, que es, una vez más una reminiscencia de la obra de Goya. "Hay citas concretas en la película a muchas obras. Por ejemplo, el cuadro de Saturno devorando a un hijo lo cito cuando el Hombre Pálido se come a una de las hadas. Hay citas muy textuales sobre la forma de pintar y dibujar de Arthur Rackham, también hay citas muy puntuales a algunos pintores simbolistas”, Guillermo del Toro. 
Este monstruo es una representación de los poderes opresivos del mundo de Ofelia que tienen hambre por devorar la inocencia y la pureza. La daga podría tratarse de un símbolo fálico; la poca hombría del pederasta que lo rinde como un ser impotente que se vale de otros medios para penetrar la inocencia de las víctimas. Y la comida se trataría de engaños de los que se vale el monstruo para atraer la inocencia que él ansía devorar. El Hombre Pálido despierta colocándose los ojos en las manos cuando Ofelia se come una uva. Se los coloca en las manos porque no es capaz de ver con ojos físicos ni con los del alma la belleza de los niños, más que con sus manos que anhelan tocar y contaminar.




Ofelia crea un mundo de cuento de hadas para escapar de la vida real. Se introduce en un árbol como Alicia en una madriguera. Es una Alicia vestida de verde, una niña soñadora que se introduce en un mundo fantástico para aislarse de la cruel y dura realidad. Es un cuento realista y cruel donde la mitología hace volar la imaginación, pero no del todo.


El director reflexiona sobre el valor de la inocencia haciendo una distinción entre quienes son capaces de mirar y los que no. Llama al ser mágico que todos guardamos en el interior para dejar de lado al egoísta y malicioso. Entonces, ¿cuál es el verdadero destino de Ofelia? Como transmite la película, las claves de la respuesta se pueden encontrar por aquellos que tienen ojos para ver. 

¿Fantasía o realidad? "Para mí, por supuesto... REALIDAD", Guillermo del Toro.


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