viernes, 10 de octubre de 2014

Hiyab.

En la actualidad, cada uno de nosotros pertenecemos a un determinado grupo social. Estos grupos sociales tienen unos determinados estilos de vidas, distintos a los de otro grupo social. Una forma de distinción de estos grupos sociales es la forma de vestir, la vestimenta.
Cuando vemos a un determinado grupo, no podemos evitar etiquetarlo, tenemos prejuicios hacia ellos sólo por su manera de vestir. Muchas veces caemos en el error más absurdo al etiquetar con la misma etiqueta cultural a un determinado grupo de personas. Un ejemplo claro es cuando vamos andando por la calle y vemos a una mujer con un hiyab o velo islámico en la cabeza. No puedo colocar la misma etiqueta cultural a todas las mujeres que lleven velo islámico. Por el mismo motivo que un musulmán moderno tiene muy poco que ver con un musulmán fundamentalista que quema a familias enteras por ser paganas. Tan ridículo como comparar a los católicos tolerantes con los inquisidores. Lo que sí puedo hacer es etiquetar el velo islámico como un complemento religioso que, depende del contexto y de la cultura de cada uno, significará una cosa diferente.

Durante estos últimos años, el tema del velo islámico ha sido muy discutido. Voy a basar mi entrada en una noticia publicada en el año 2007 en El País. El Gobierno autónomo de Cataluña obligó a un colegio a admitir a Shaima, una niña marroquí que faltaba a clase porque las autoridades del centro escolar le habían prohibido la entrada mientras llevara el hiyab o velo islámico. El colegio rechazaba cualquier vestimenta "que pudiera causar discriminación". El colegio pensaba que los alumnos podrían etiquetar a Shaima por lleva el velo islámico y esto causarle problemas de marginación. Por otro lado, la Generalitat consideraba que "el derecho a la escolarización debe prevalecer sobre las normas internas del centro". Esto abría puertas entonces al llamado multiculturalismo <<que promueve la no discriminación por razones de raza o cultura, la celebración y reconocimiento de la diferencia cultural así como el derecho a ella>>.

Con un pañuelo blanco en la cabeza por la mañana y otro verde y amarillo por la tarde, Shaima, la niña musulmana de ocho años que no podía asistir a clase con hiyab, regresó ayer a su escuela en Girona. La Generalitat instó la víspera a la escuela a que rectificara y permitiera la asistencia a clase de la niña con la prenda puesta porque el derecho a la escolarización prevalece sobre las normas internas de los centros. El director de la escuela, Lloreç Serra, había rechazado que la niña llevara pañuelo basándose en el reglamento del centro. Esta norma rechaza todos los elementos que puedan causar discriminación. El Departamento de Educación afirmó ayer que el director quiso evitar que "el pañuelo causara conflictos o que mofaran de ella".
Miércoles, 3 de octubre de 2007, EL PAÍS.

El hiyab es un símbolo de la religión donde la discriminación de la mujer es todavía más fuerte que en ninguna otra. Es la materialización de una discriminación por razón de sexo. Una tradición de la que la cultura democrática ha conseguido librarnos en gran parte gracias a un largo proceso. Una de las conquistas es el laicismo, uno de los pilares sobre los que se sostiene la democracia. El laicismo es <<la corriente de pensamiento, ideología, movimiento político, legislación o política de gobierno, que defiende o favorece la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, de forma independiente, o en su caso ajena a las confesiones religiosas>>. El término laico (del griego λαϊκός, laikós - "alquien del pueblo", de la raíz λαός, laós - "pueblo"). El Estado laico no está en contra de la religión. Garantiza el derecho de creer y practicar la religión, siempre y cuando no infrinjan las leyes que garantizan la libertad, igualdad y demás derechos. Por tanto, los colegios públicos de un Estado laico no pueden ser confesionales (que significa que tiene relación con una religión o pertenece a ella), porque si así fuera, privilegiarían a una religión sobre otras. 

Francia prohibió desde el año 2004, "el uso de elementos ostentatorios de carácter religioso en las escuelas e institutos públicos del país". Esto fue considerada por algunas personas como reaccionaria y contra los inmigrantes de origen musulmán. Por el contrario, su razón era dar la oportunidad a todos de cualquier religión, raza o cultura de vivir en un ambiente de legalidad y libertad que les permitiera seguir practicando sus creencias que sean compatibles con las leyes. Y renunciando a las que no lo sean, como hizo la iglesia cristiana en convertirse en una opción más y no una "orden represiva" por parte de una institución ligada a la política del país. 

En Reino Unido hay otro sistema donde el Estado ha dado a los colegios la decisión de aprobar o prohibir el uso del velo islámico en las clases. Pero esto solo vale para los estudiantes, las maestras tienen prohibido dar clases con el hiyab en la cabeza. 

Por lo tanto, la prohibición del velo islámico en escuelas públicas afirma que las personas tenemos prejuicios por la forma de vestir de los demás, porque los alumnos podrían llegar a marginar a alguien sólo por su forma de vestir. Lo que hacemos también es etiquetar a la mujer que lleva el velo islámico como musulmana, como etiquetamos de judíos a los que llevan un kipá en la cabeza. Otra cosa es que nos parezca un símbolo de discriminación a la mujer o no. Esto depende del contexto y de la cultura que cada uno tenga. Para mi, el velo islámico puede ser símbolo de sumisión de la mujer, pero para los musulmanes que lo lleven no lo será así. Son diferentes contextos y diferentes culturas.

Si la democracia quiere ayudar a que la religión musulmana se adapte a la cultura democrática, no pueden renunciar al laicismo y la igualdad que tanto ha costado conseguir. Los humanos etiquetamos a las personas, tenemos prejuicios hacia ellos por su manera de vestir. Al tener este tipo de prejuicios, llegamos a equivocaciones inmensas. En lo que sí nos ayudan las etiquetas es a facilitarnos el pensamiento, por ejemplo, a todas las mujeres que llevan velo islámico las etiquetamos como musulmanas. Podemos etiquetarlas de manera general, pero a la persona interior es imposible poder etiquetarla.

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