viernes, 17 de octubre de 2014

El mito de Barthes.

«Acababa de leer a Saussure y, a partir de él, tuve la convicción de que si se consideraban las "representaciones colectivas" como sistemas de signos, podríamos alentar la esperanza de salir de la denuncia piadosa y dar cuenta en detalle de la mistificación que transforma la cultura pequeño burguesa en naturaleza universal».  
Roland Barthes, Mitologías.
En palabras del mismo Roland Barthes, crítico literario, sociólogo y filósofo francés, el mito es un habla. Es decir, un sistema de comunicación, un mensaje sujeto a unas condiciones lingüísticas que lo caracterizan. Según esto, cualquier objeto, idea o concepto es susceptible de convertirse en mito, siempre que se den ciertas condiciones. El mito se opone a la razón, explica lo inexplicable y es una forma de transmitir un sistema ideológico determinado.

Los mitos los crea el ser humano y la historia. Siempre tienen una intención a la hora de transmitir un mensaje. El mito está relacionado con la semiología, la cual es una ciencia que estudia las significaciones independientemente de su contenido, en donde se dice que en el mito, un significado puede tener varios significantes en cualquiera de los dos sistemas (lingüístico y mítico). En el caso de los mitos, un solo concepto puede encontrar concreción en diferentes formas.

Hay que señalar que el saber el contenido en el concepto mítico tiene un carácter abierto, es decir, puede tener varias interpretaciones. Cuando estos mitos se crean de manera consciente, suelen ir dirigidos a un grupo en concreto que se supone que los interpretará de una manera que interese a los creadores. Descifrar el significado del mito, más que un estudio semiológico, se puede hacer de otras formas sin dejar de lado la semiología. Se tendría que analizar de dónde viene el mito, quién lo realiza y qué nos dice.

Lunchtime atop a skyscraper, 1932

Todos, alguna vez, hemos visto la fotografía Lunchtime atop a skyscraper o Almuerzo en lo alto de un rascacielos. Una de las fotografías más emblemáticas de Nueva York de 1932. Fue tomada durante la construcción del edificio de la RCE, sede de la famosa radio y que actualmente pertenece a General Electrics, en el Rockefeller Center de Nueva York. Es una de las fotografías más importantes históricamente, hasta tal punto de convertirse en una leyenda para todos, siendo una de las fotografías más reconocidas del siglo XX.

Lo más curioso es que no tiene autor conocido. Es una fotografía de prensa que apareció en el New York Herald Tribune el 2 de octubre de 1932. Como era tradición, no estaba firmada. Durante mucho tiempo se pensó que era del gran Lewis Hine, pero últimamente se apuesta por Charles C. Ebbets.

Para un análisis semiótico apropiado, debemos ser capaces de delinear los diferentes pasos mediante los cuales se produce el sentido en la fotografía. Barthes dice que la representación ocurre a través de dos procesos separados pero vinculados. En el primer proceso, los significantes (elementos de la imagen) y los significados (los conceptos) que se unen para formar un signo con un mensaje simple. En este primer nivel descodificamos cada uno de los significantes en la imagen dentro de los conceptos apropiados. Once obreros que almuerzan, una viga, la ciudad. Esto provee un conjunto de signos con un mensaje: Once obreros están almorzando en lo alto de una construcción.

En el segundo proceso, este mensaje es vinculado a un segundo conjunto de significados. En este caso es un tema amplio ideológico sobre las pésimas condiciones laborales de los trabajadores en aquella época en Nueva York: La sociedad en crecimiento que se sostiene frágilmente, sin ningún tipo de salvavidas y a los propios hombres inconscientes y contentos que la integran. El documental Los Hombres de la Viga, profundizan más sobre esta famosa fotografía. Barthes llama a este segundo nivel de significación el nivel del mito.



(...) Tenía la certeza de que me miraba, sin que estuviese seguro de que me viese: distorsión inconcebible: ¿Cómo mirar sin ver? La fotografía separa la atención de la percepción; sólo muestra la primera, aunque es imposible sin la segunda.

Roland Barthes.


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